sábado, 13 de agosto de 2016

La historia que nunca fue.

Conocí a esta pareja de enamorados cuando éramos demasiados jóvenes para decidir por nosotros mismos. En un hermoso mundo donde estaba de moda Color Me Bad, se estrenaba The Adams Family, Gloria Trevi era libre y nadie sabía lo que era un hanstag. 
Teníamos 13 años. 

En realidad, ella tenía 12 y el 14. La de 13 era yo y tenía mis propios problemas pero no vienen al caso. En esta ocasión ellos son los protagonistas. 
Ella se enamoro primero de alguien, pero nunca se dieron siquiera un beso. El ya había besado a muchas y tenía mala fama. 
Ella y yo habíamos sigo amigas desde que éramos niñas y un día ella y su familia desaparecieron del barrio. Su padre era medico y había viajado a España a estudiar una especialidad. En ese entonces, los ecuatorianos solo viajan a España para eso o de visita. Luego, un día sin avisar, ella, su madre y sus dos hermanos regresaron y por todo un año nos hicimos inseparables.
Era una niña pero ella se enamoró y se hizo amiga de sus amigos. Yo no sé que sentía el por ella. Nunca pudieron estar juntos, era complicado....y llego el día en que ella tuvo que partir de nuevo. Su padre consiguió que ella y su familia vayan para Europa a vivir y mientras pasábamos el mayor tiempo que podíamos juntas, le ayudé a escribir muchas cartas que ella siempre se arrepentía de mandarle. Finalmente, la ultima que redactamos a mí también me hizo llorar...

La mañana en que se fue, llovía mucho, un diluvio. Me quede dormida y no me pude ir con ella. Una de sus tías fue después a la casa a pagarle a la empleada doméstica y sacar cosas que ellos habían dejado y le rogué que me lleve al aeropuerto, lo que aceptó a regañadientes. Yo tenía que llegar a despedirme y verla por última vez porque  tenía algo muy importante en mis manos: una carta que el me había dado para ella, la noche anterior.

Cuando llegamos ella me abrazo fuerte y muy emocionada porque  pensó que no me vería más. Nunca olvidare como iba vestida, con unos leggins y botas y un abrigo enterizo color café. Fue la última vez que la vi en persona. Le di la carta y la leyó ahí mismo frente a mí pero no le pregunte nada. La vi derramar una lágrima. Se habra despedido de ella ? Le habría dicho que la quería y que jamás la olvidaría? Nunca lo sabré...ella guardo la carta en su abrigo y no me dijo más. Quise respetar su silencio y cuando nos despedimos para siempre solo pensamos en nuestra amistad, no existiría otra cosa importante en ese momento. Cuando el avión despegó, lo vi desde la terraza del aeropuerto; antes de entrar ella se volteó y pareció buscarme con la mirada a lo lejos e hizo de la mano al aire como despidiéndose de todos, desde la escalera del mismo. 

Unos meses después, habiendo recibido ya correspondencia suya algunas veces, me llego un paquete. Tenía una carta y pequeños souvenirs para mí y unos amigos y un libro de terror para el. Era la primera vez que me enviaba algo para él, a más de mencionar que lo extrañaba y no podía olvidarlo aún en las cartas que me escribía; yo sólo tenía trece años pero algo me dijo que no debía acércame más a él para hablar sobre ella y no le di el libro. Y de hecho, luego de que él me dio ese sobre cerrado con la carta para ella, la que le di en el aeropuerto, nunca más nos acercamos. Paso otro año y me mudé de ahí. Y por mucho tiempo crei que me había equivocado en mi presentimiento pero luego el tiempo me dio la razón. 

A veces no es el momento, el año, el lugar, la edad. Hay parejas que se ven una vez y no se alejan nunca. Pero hay historias que se escriben miles de veces sobre el mismo papel porque son así de complejas como sus protagonistas. 

Ella viajó por todo el mundo. Por un tiempo se me perdió y no supe más de ella. La magia de las redes sociales me la devolvió hace 4 años. Es feliz, ha hecho todo lo que esperaba, ha cumplido muchos sueños, conoció a alguien y fue en el momento en que era mejor para ella.  

El fue padre, a los 19 años. No supe más de su vida. Solo se eso porque un día, fue al edificio que tenían entonces mis abuelos a alquilar un departamento llevando a su pequeño. Creo que no se acordó de mi. Ni tampoco alquilo el departamento. 

Ellos pudieron olvidar. 

Recuerdo que cuando yo estaba en el colegio una de sus tías me dijo una vez "no le muestres cartas de nadie más que de ti misma. No la pongas en contacto con nadie más. Esas cosas quedan. Es mejor que ella olvide"

En ese entonces me pareció algo cruel. Pero vaya, que esta señora tenía toda la razón y pasó mucho tiempo para que yo lo comprendiera.

Aún tengo ese libro de terror. Ahora sé que hice bien al no dárselo. Tal vez él no lo hubiera guardado o apreciado. No hay forma de saberlo ya.

Actuamente, todo hubiera terminado con un par de posteos, un mensaje de ws, un capture....el mundo cambió. Nos cambió a todos.




Hay historias que nunca se dan. Y a veces, uno solo siente en el corazón que fue mejor así. 

- Para ti, querida amiga, que construiste el mundo que siempre quisiste tener 



 


 

2 comentarios:

  1. La historia muy bonita e interesante pero al final un poco triste .... Creo que si debió recibir ese libro

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  2. Por mucho tiempo yo pensé lo mismo. Solo cuando viví otras cosas yo misma, me di cuenta que fue mejor que ella no siga en contacto con el y que olvide...no sabría explicártelo pero fue lo mejor. Gracias por tu mensaje

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