lunes, 8 de febrero de 2016

Soltar ...

Un día, en un bus urbano de sur a norte. Se cambiaron un par de cosas, pero es una historia real.

 
Hace muchos años, yo solía visitar frecuentemente a mis primos que en ese entonces vivían en Sauces*. Me gustaba ir a su casa, era ordenada y acogedora, siempre me pareció que eran felices y yo me reía mucho cuando estaba con ellos. Me olvidaba de mi propia vida y en ese entonces eso era bueno para mí. 
Apenas comenzaba la universidad. Las cosas no iban muy bien pero no importaba; el futuro era prometedor o es lo que esperaba creer y así era mejor. 

Y un día en que iba a esas visitas de repente sucedió. Lo conocí a él. Ojalá supiera algo más de él para poder recordarlo, pero lamentable no es así, solo está su rostro que ya hasta olvidé. Iba en el bus pensando en mis propias cosas y de repente mis ojos se cruzaron con los suyos. El recorrido seria largo ya que iba de sur a norte, tome dos buses y al subir al segundo en medio de una confusión de gente en el Terminal Terrestre note que el también estaba en ese y que al parecer también llevaría mi ruta; recién entonces me puse muy nerviosa, mi corazón latió mucho más fuerte, note aquel vacío en el estomago que suelo sentir al ver hacia abajo desde una ventana muy alta por mi miedo a las alturas y supe que debía acercarme a hablarle. Pero no lo hice. 
Quise creer que él pensaba igual que yo, porque desde que nos vimos en el primer transporte, no hacía más que mirarme fijamente pero no parecía querer burlarse de mí como esas personas que te miran fijo con sorna y escudriñándote para después burlarse de algún defecto físico. El sólo miraba y sonreía levemente de vez en cuando. 
Parecía tener la misma ansiedad e indecisión que yo tenía. Así estuvimos todo el camino. Cuando el bus llego a Sauces, solo me bajé. Me quede en el parterre mientras otras personas descendían, tal vez esperando que otra coincidencia, así como la de tomar ambos buses lo haga bajar también. Pero no fue así. No dejamos de mirarnos yo desde la calle y el desde la ventana. Cuando el transporte arrancó de nuevo y note otra vez la ansiedad en su mirada quise correr a tomarlo de nuevo; pero tampoco lo hice. Y así nada más, él se fue de mi vida. Naturalmente, nunca más lo volví a ver. 
Jamás había hablado sobre él. Intenté olvidarlo con los años. Pero la verdad es que nunca pude dejar de pensar que hubiera pasado si aquel día tan solo me levantaba, lo saludaba y me sentaba junto a él. Jamás lo sabré.

Si vieron la película "Una Propuesta Indecente"** esta historia tal vez les sea muy familiar. Robert Redford le contó a Demi  Moore algo así casi al final de la película. Cuando era un adolescente había visto a una hermosa chica en el metro, nunca se atrevió a hablarle y luego no volvió a verla; se arrepintió siempre por eso y nunca más dejo pasar las oportunidades en la vida. 
No crean que copie la historia que les conté, solo es una muy triste coincidencia. Vi recién la película unos cinco años después de que la estrenaran, en televisión local y de madrugada y a pesar del tiempo no pude evitar sentir un nudo en la garganta. Y pensar en él. 

Ojalá pudiera tan solo soltar ese recuerdo que va de la mano con el recuerdo de tantas otras cosas que no me atreví a enfrentar ni hacer, quién sabe porque. 
Duele decir adiós a quien no pudiste conocer en realidad .

Sueñen y realicen el sueño . Vivan y saboreen cada día. En fin : amen sin miedo a ser lastimados como cuando se da un beso bajo la lluvia sin importar que te está empapando y arruinándote el cabello. 

Porque no siempre regresara el mismo bus a la estación. 
Nunca esperemos el mismo bus. Tal vez no vuelva.

- Dedicado a ti , donde sea que estés; y a todos quienes aman recordar aquello que los hace felices.


*Popular sector habitacional del norte de Guayaquil-Ecuador, que empezó a poblarse a finales de los años 70 distribuido en condominios y conjuntos habitacionales y organizado por etapas. 
** Film protagonizado por Demi Moore, Robert Redford y Woody Harrelson  ("Indecent Proposal", 1993) un millonario ofrece a un arquitecto con apuros económicos un millón de dólares a cambio de una noche con su esposa.

 

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